Cierre del Año de la Piedad Popular y tributo del Ejército Argentino en la Misa Solemne

Durante la mañana del sábado 8 de diciembre, Fiesta de la Inmaculada Concepción, se llevó a cabo la Misa Solemne, principal celebración eucarística de la jornada.
sábado, 8 de diciembre de 2018 15:36
sábado, 8 de diciembre de 2018 15:36

En la oportunidad, rindieron su homenaje a la Madre Morena del Valle, Patrona del Paracaidismo Militar, integrantes del Ejército Argentino, quienes llegaron corriendo en postas desde Córdoba, trayendo las intenciones de toda la familia militar para ponerlas a los pies de la Madre Morenita.

La Eucaristía fue presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, y concelebrada por el Obispo Emérito de La Rioja, Mons. Roberto Rodríguez, sacerdotes del clero catamarqueño y otros venidos de diócesis hermanas, en el altar mayor de la Catedral Basílica y Santuario Mariano, templo que se vio desbordado por la gran cantidad de fieles y peregrinos que llegaban incesantemente a visitar a la Virgen.

En el inicio de su homilía, Mons. Urbanc agradeció “cordialmente a Mons. Roberto Rodríguez, obispo emérito de la hermana Diócesis de La Rioja, quien nos acompañó con su servicio pastoral, desde el lunes 3, en la atención de los miles de peregrinos que visitaron la Gruta, en compañía de unas cinco religiosas de la Virgen del Huerto y laicos amigos de la obra huertana o gianeliana. Ruego a la Santa Madre del Valle y al venerable Mamerto Esquiú que muevan los hilos, en el cielo y en la tierra, para que esta benemérita congregación vuelva a dar testimonio de su carisma en estas tierras catamarqueñas”.

Luego explicó que “con esta Eucaristía culmina el año que dedicamos a profundizar y valorar la Piedad Popular. Me consta que se hizo bastante al respecto y agradezco a todos los que pusieron empeño en ello. La tarea continúa. A la vez, en esta celebración eucarística, junto con todas las diócesis de Argentina, lanzamos el año de preparación al gran Año Mariano Nacional, que será en el 2020, durante el que tendrá lugar, aquí en Catamarca, el IV Congreso Mariano Nacional, durante los días 23 al 26 de abril”.

“Y, esta tarde, después de la tan esperada y sentida procesión, daremos comienzo a nuestro tercer y último año de preparación al Jubileo con el que celebraremos los 400 años de ininterrumpida presencia: fiel, tierna y amorosa, de nuestra querida Virgen del Valle, visualizada en su sagrada imagen, abordando la importantísima temática de la ‘Espiritualidad de los Discípulos-Misioneros’, como corolario de los fecundos 9 años transcurridos después de haber celebrado la primera centuria como Diócesis, en el 2010”.

En otra parte de su mensaje se refirió a la Virgen María afirmando que “es la Inmaculada por un don gratuito de la Gracia de Dios, que encontró en Ella perfecta disponibilidad y colaboración. En María, la Palabra de Dios siempre encontró pronta escucha, receptividad y generosa respuesta. María supo dar su incondicional y generoso ‘Sí’, que permitió al Hijo de Dios asumir nuestra carne mortal y habitar entre nosotros. En María, la Virgen Madre, la humanidad con su historia se abre real y eficazmente a Dios, acoge su Gracia y se dispone a hacer su voluntad. María es expresión genuina de la Gracia”.

“La Virgen solía escuchar a Dios y transcurrir su tiempo con Él. La Palabra de Dios era su secreto: cercana a su corazón, se hizo, luego, carne en su seno. Permaneciendo con Dios, dialogando con Él en toda circunstancia, María hizo bella su vida. No la apariencia, no lo que pasa, sino el corazón tendido hacia Dios hace bella la vida. Miremos hoy con alegría a la llena de Gracia. Pidámosle que nos ayude a permanecer jóvenes, diciendo no al pecado, y a vivir una vida bella, diciendo sí a Dios”.

Dirigiéndose a la “tierna Madre, sin pecado concebida”, rogó “en este día que nos des un vivo horror al pecado y la firme voluntad para vivir conforme a las enseñanzas de tu amado Hijo, Jesús”.

En el momento de las ofrendas, un representante del Ejército Argentino acercó al altar las intenciones que fueron traídas desde Córdoba a través de la prueba atlética, que cubrió una distancia de más de 400 kilómetros realizando postas desde Córdoba hasta la ciudad capital de Catamarca, adonde arribaron esta mañana. Más de 100 integrantes de la fuerza rindieron su homenaje durante la Misa Solemne, y esta tarde lo harán con un salto de apertura manual de dos paracaidistas, en el sector de La Alameda, mientras se realice la Procesión con la Sagrada Imagen.

Antes de la bendición final, se alabó a la Madre del Valle con el canto y la Oración del Año y Congreso Mariano Nacional, que tendrá como sede nuestra ciudad en el 2020.

TEXTO COMPLETO DE LA HOMILÍA

Queridos Devotos y Peregrinos:

Bienvenidos a esta celebración matutina en la que honramos solemnemente a la Inmaculada Madre de Dios y Madre nuestra, en su tierna y sencilla advocación de ‘Virgen del Valle’.

Antes de proseguir, quiero saludar y agradecer cordialmente a Mons. Roberto Rodríguez, obispo emérito de la hermana Diócesis de la Rioja, que nos acompañó con su servicio pastoral, desde el lunes 3, en la atención de los miles de peregrinos que visitaron la Gruta, en compañía de unas cinco religiosas de la Virgen del Huerto y laicos amigos de la obra huertana o gianeliana. Ruego a la Santa Madre del Valle y al venerable Mamerto Esquiú que muevan los hilos, en el cielo y en la tierra, para que esta benemérita congregación vuelva a dar testimonio de su carisma en estas tierras catamarqueñas, ya que, como dice el dicho: “el que se va, sin que lo echen, vuelve sin que lo llamen”; aunque en realidad, las estoy llamando e invitando, sin cesar. Gracias, queridas hermanas, por lo que hicieron y hacen.

Con esta Eucaristía culmina el año que dedicamos a profundizar y valorar la Piedad Popular. Me consta que se hizo bastante al respecto y agradezco a todos los que pusieron empeño en ello. La tarea continúa.

A la vez, en esta celebración eucarística, junto con todas las diócesis de Argentina, lanzamos el año de preparación al gran Año Mariano Nacional, que será en el 2020, durante el que tendrá lugar, aquí en Catamarca, el IV Congreso Mariano Nacional, durante los días 23 al 26 de abril.

Y, esta tarde, después de la tan esperada y sentida procesión, daremos comienzo a nuestro tercer y último año de preparación al Jubileo con el que celebraremos los 400 años de ininterrumpida presencia: fiel, tierna y amorosa, de nuestra querida Virgen del Valle, visualizada en su sagrada imagen, abordando la importantísima temática de la ‘Espiritualidad de los Discípulos-Misioneros’, como corolario de los fecundos 9 años transcurridos después de haber celebrado la primera centuria como Diócesis, en el 2010.

Retomo lo que celebramos en la liturgia de este día. La Virgen María es la Inmaculada por un don gratuito de la Gracia de Dios, que encontró en Ella perfecta disponibilidad y colaboración. En María la Palabra de Dios siempre encontró pronta escucha, receptividad y generosa respuesta. María supo dar su incondicional y generoso ‘Sí’ que permitió al Hijo de Dios asumir nuestra carne mortal y habitar entre nosotros. En María, la Virgen Madre, la humanidad con su historia se abre real y eficazmente a Dios, acoge su Gracia y se dispone a hacer su voluntad. María es expresión genuina de la Gracia.

En la primera lectura del libro del Génesis (3,9-15.20), con una narración como para niños, el autor sagrado nos ha recordado la gran tragedia que hundió a la especie humana en su mayor desgracia: romperla comunión con el Creador, del que depende para vivir en armonía y para ser totalmente feliz. Adán y Eva, creados en plena comunión con Dios para trasmitirnos no sólo la vida natural, sino también la filiación divina, pero con la sola condición de que fueran obedientes, usando el don dela libertad, optaron desobedecer. Seducidos por Satanás, decidieron romper con Dios que los creó, para llevar una existencia autónoma, al margen de la amistad que les ofrecía el Creador. Desde ese instante toda la humanidad ha caído en lo que llamamos pecado original. Un pecado que lo hereda genéticamente cada ser humano y que es distinto al pecado personal, del que sí, cada uno es responsable.

En la segunda lectura (Ef 1,3-6.11-12) la Palabra de Dios nos enseña que no estamos en este mundo por casualidad, ni por un proceso evolutivo del azar, sino que Dios nos creó en el contexto de un Plan para toda la creación y cuenta con cada ser humano para llevarlo a término. Para ello cuenta con nuestra libertad y compromiso, a fin de que todo se realice según su sabia y eterna voluntad, para bien de todas las criaturas, especialmente el hombre, creado a imagen y semejanza de Él y por medio de su Hijo, redimido y llamado a participar para siempre de la intimidad divina, en calidad de hijos.

Y, el Papa Francisco (el 8-12-2017), comentando el pasaje del evangelio que acabamos de escuchar (Lc 1,26-38), decía: “La llena de gracia vivió una vida hermosa. ¿Cuál era su secreto? Nos damos cuenta si contemplamos una y otra vez la escena de la Anunciación. En muchos cuadros, María aparece sentada ante el ángel con un librito en sus manos. Este libro es la Biblia. La Virgen solía escuchar a Dios y transcurrir su tiempo con Él. La Palabra de Dios era su secreto: cercana a su corazón, se hizo, luego, carne en su seno. Permaneciendo con Dios, dialogando con Él en toda circunstancia, María hizo bella su vida. No la apariencia, no lo que pasa, sino el corazón tendido hacia Dios hace bella la vida. Miremos hoy con alegría a la llena de Gracia. Pidámosle que nos ayude a permanecer jóvenes, diciendo no al pecado, y a vivir una vida bella, diciendo sí a Dios”.

Y, ahora me dirijo a Ti, tierna Madre, sin pecado concebida, para que nos ayudes a darnos cuenta de la tremenda desgracia que trajo y sigue trayendo al mundo el primer pecado y los pecados que seguimos cometiendo, sin percatarnos que el Fruto Bendito de tu vientre ha entregado su Vida para que recuperáramos la amistad original e hiciéramos un mejor uso de la libertad, para amarnos como Él nos ama, y amar al Buen Dios con todo nuestro ser y vigor. Por eso, te ruego en este día tan feliz para Ti y para nosotros, que nos des un vivo horror al pecado y la firme voluntad para vivir conforme a las enseñanzas de tu amado Hijo, Jesús. Amén

¡¡¡María, Madre Inmaculada, ruega por nosotros, pobres pecadores!!!

 

Galería de fotos

8
4
72%
Satisfacción
0%
Esperanza
9%
Bronca
18%
Tristeza
0%
Incertidumbre
0%
Indiferencia

Comentarios