“Lo primero es la familia”, cita una frase que puede ser oportuna para la historia de Onofre Paz y su hijo Martín. Ambos habían protagonizado una discusión en pleno escenario ante la mirada atónita de sus fanáticos y Martín dejaba el mítico grupo de Los Manseros Santiagueños.
Aquella madrugada de febrero de 2017 parecía marcar un antes y un después en la vida de Onofre y Martín.
Dicen que el tiempo cura las heridas y parece que fue así nomás, porqué un sábado de julio, padre e hijo se reencontraron en el escenario, su segundo hogar, con un fuerte abrazo y lágrimas de por medio.
Martín presentaba su disco Eterno Amor en La Trastienda, Buenos Aires y lo cerró de manera fantástica: volver a cantar con su padre y luego en un trío con su hermana Florencia.
En el escenario de ese pub porteño cantaron juntos sus propias canciones. Y sus voces se unieron, ante un local desbordado por el público, para cantar desde Eterno Amor hasta Canto a Monte Quemado. Y La Trastienda estalló con un público entusiasmado por el momento que vivía, por el reencuentro de un padre con su hijo después de una dura disputa. En público se pelearon y en público se reconciliaron.
Cabe mencionar que tanto padre e hijo ya habían tenido encuentros anteriores pero con la presencia de Florencia, la otra hija de Onofre, arista también.
Previo a la actuación, el intendente de General Rodríguez, Darío Kubat, declaró Personalidad Destacaba a Martín Paz. El músico vive en esa Ciudad.