“Se recibe la vida como viene”, sostienen en el Hogar de Cristo, un espacio de contención del Sur capitalino en el que convergen los esfuerzos de miembros de la Iglesia Católica y voluntarios que trabajan día a día para contener a personas en situación de vulnerabilidad y con problemáticas como el consumo de sustancias o violencia doméstica.
Además de contención ante necesidades básicas se ofrece en el espacio, entre otras actividades, talleres de huerta, electricidad, murga, danzas, folclore y educación física. Está abierto de lunes a viernes de 16 a 22 horas.
En el Hogar de Cristo están trabajando, con la coordinación de dos sacerdotes, alrededor de veinte voluntarios que se encargan de tareas como cocina y limpieza. Sin embargo, no son suficientes y es por ello que hicieron un llamado a la comunidad para sumarse.
Desde hace un tiempo, el Ministerio de Desarrollo Social se ha comprometido con la tarea del hogar, sumando su aporte con alimentos, profesores para actividades de promoción y recurso técnico profesional para realizar monitoreos y relevamientos en un amplio sector de la ciudad.
De esta manera se potenció la acción de contención a familias de los barrios Santa Marta, San Antonio Sur, 100 Viviendas, 105 Viviendas y Acuña Isí, entre otros.
“En el marco del complejo panorama que vive el país, es necesario que desde el Estado se aúnen todos los espacios que brindan contención social. Es por eso que nos involucramos más con lugares como el Hogar de Cristo para ‘tejer’ una red comunitaria que incluya a todos los que tienen injerencia en la atención a la población más vulnerable”, señaló el titular de la cartera social, Eduardo Menecier.
