Manuel Belgrano y su creación más idolatrada: la Bandera Argentina

Detalles de la vida del prócer, a 199 años de su muerte, por la cual se conmemora el Día de la Bandera.
jueves, 20 de junio de 2019 10:24
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Hoy se cumplen 199 años del paso a la inmortalidad del general Manuel Belgrano, y aunque la bandera fue creada el 27 de febrero de 1812, recién el 8 de junio de 1938, el Congreso de la Nación estableció por ley nacional Nº 12.361, el reconocimiento oficial del 20 de junio como Día de la Bandera, y feriado nacional.

Para saber quien fue Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano, hay que decir que fue uno de los personajes más importantes de nuestra historia, de corazón porteño y descendencia europea, Belgrano se fue muy joven a Europa a estudiar leyes, carrera que lo depositó como abogado aunque después se agregaría el periodismo y la milicia a su vida.

Una historia marcada por la milicia, leyes y periodismo

A fines del siglo XVIII, estudió en la Universidad de Salamanca junto a Pío Tristán, quien no sólo fue su gran amigo sino que lo enfrentó en varias batallas de en el norte argentino, lo cual se transformó en una paradoja para ambos.

En las invasiones inglesas de 1806 y 1807, Belgrano tuvo un rol importante en la Reconquista de la ciudad y eso significó su primera incursión como militar, aún sin tener un grado o estudios al respecto.

Ya en 1810 conformó la Primera Junta de Gobierno (se desempeñó como vocal) junto al presidente de la misma Cornelio Saavedra, dos secretarios y cinco vocales, quienes tuvieron como resultado la exitosa Revolución de Mayo que expulsó al Virrey Baltasar de Cisneros, y dio el puntapié para la ilusión de independizar a nuestros país de los realistas.

Belgrano fue vocal en la Primera Junta de Gobierno

El Primer Triunvirato decidió enviarlo al Paraguay para repeler la acción de los españoles, pero sufrió más derrotas que victorias en el frente. También fue derivado a la Banda Oriental para frenar el avance portugués que estaba posado sobre Montevideo, ahí conoce al general José de Artigas con quien intercambia conceptos sobre la futura revolución americana.

En su vuelta al país, es enviado al Alto Perú donde mezcla derrotas con victorias y comienza a debilitarse su ejército, aunque el 27 de febrero de 1812 se produce tal vez su obra más importante a nivel personal e histórico: la creación de la bandera a orillas del río Paraná y en lo que hoy es la ciudad de Rosario.

Otra vez vuelve al norte donde sufre derrotas, participa del denominado éxodo jujeño que evita que los realistas logren saquear lo que había en los pueblos, y con las victorias en Salta y Tucumán, su imagen se fortalece e inyecta de ilusión a los patriotas que ya soñaban con la independencia.

Gran victoria en Salta

Para ese momento entran en acción otros dos héroes claves de la historia argentina, el general José de San Martín y Martín Miguel de Guemes, con el primero Belgrano tuvo un encuentro en la Posta de Yatasto donde le "cedió" su ejército para emprender la campaña libertadora que el correntino tenía en su cabeza. En tanto, el segundo fue una especie de pared en el norte argentino que evitó seis invasiones realistas en el territorio, lo cual hizo que la independencia tuviera su camino libre para ser real.

Encuentro histórico: Belgrano y San Martín

Todos estos personajes fueron artífices para que el 9 de julio de 1816 se celebrara la indepedencia en el Congreso de Tucumán, el primer paso para la creación de nuestro país. Para ese momento, Belgrano ya estaba muy enfermo y casi afuera de la escena nacional, ya que participó como emisario en Europa para lograr apoyo por la reciente independencia, aunque el resultado no fue el esperado.

Sin ahorros, sumido en la pobreza total y gravemente enfermo, el prócer decide volver a su casa natal (ubicada sobre avenida Belgrano al 400) para pasar sus últimos días y fallecer el 20 de junio de 1820.

Tuvo todo y terminó sin nada

La noticia de su muerte sólo fue reportada escuetamente por un periódico de la época, y su ataúd fue construido con madera de pino de sus muebles y un mármol que poseía en su cómoda, debido a su pobreza. De hecho, le pago a su doctor con el reloj personal por sus servicios prestados. Hoy sus restos descansan el Convento de Santo Domingo, es decir a escasos metros de donde nació.

Fuente: Crónica

 

 

 

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