El doctor, Emilio Villafañez, docente de la Escuela de Arqueología de la UNCA, comentó acerca de las características del hallazgo. “Aparentemente son dos de un tamaño medio con fondo rojo pintado con negro y blanco, esto es muy característico de lo que se llama Aguada Tricolor o Ambato Tricolor, son vasijas de uso funerario donde se encontraron huesos de un niño recién nacido, esta práctica mortuoria es muy difundida entre estas culturas aborígenes”, explicó.
Más adelante, menciona que “es difícil establecer una cronología exacta del hallazgo ya que ese tipo de vasijas tienen un alto rango cronológico que se los ubica entre el 300 y 900 DC. Yo realicé investigaciones en todo Paclín y particularmente en el Valle de Balcosna donde hice mi tesis doctoral muy cerca de la Higuera, hice la primera datación de carbono 14 en la zona datando un sitio en el 600 DC así que quizá esas vasijas pudieran estar ubicadas por ese periodo, pero es algo muy difícil de definir sin estudios más específicos”, acotó.
Más adelante, comentó que este “hallazgo llama la atención porque las piezas estaban a poca profundidad. Generalmente en estas zonas en promedio las cosas se encuentran a 60 cm. de profundidad y las vasijas se hallaron a 20 o 30 cm. Quizá porque en la zona ya se había pasado una máquina emparejando el terreno”.
Villafañez, también comentó que una vez enterado del hallazgo se comunicó con la Dirección de Antropología, “que es la encargada de velar por el patrimonio catamarqueño, nos pusimos a disposición con mi equipo para realizar un sondeo en el lugar y esperamos una respuesta”.
Por otra parte, el especialista remarcó la importancia difundir las leyes provinciales y nacionales acerca de la conservación del patrimonio arqueológico.
“El patrimonio es de todos los argentinos, cuando se encuentran estas cosas es importante denunciarlas a los organismos pertinentes, en este caso a la Dirección de Antropología para que sean ellos los encargados de realizar excavaciones con técnicas específicas y así poder conservar el contexto de hallazgo, lo cual es algo vital para entender cómo vivieron las comunidades en el pasado. En este caso de Paclín podemos ver cómo fueron muy mal excavadas, destruyente el contexto de hallazgo y las vasijas en sí mismas. Una vasija hermosa entera que es extraño verla en buen estado de conservación, se les partió aparentemente mientras la limpiaban y es una lástima, por esto mismo destacó la importancia de que estas piezas deben ser retiradas por equipos especializados con técnicas específicas. Quisiera remarcar otra vez el tema del contexto, ya que al sacarlas de su contexto original perdemos mucha información acerca del pasado indígena y es información que no la vamos a recuperar nunca más, en este caso sobre las prácticas mortuorias en el pasado”, detalló.
Finalmente, comentó que en cuanto a las cuestiones legales “siempre hay interpretaciones erróneas de la comunidad que tienen temor de que expropien sus tierras o que se demore con las excavaciones, nada de eso sucede la gente no tiene que tener miedo, y tiene que denunciar cuando aparecen hallazgos arqueológicos”.
“Los equipos de trabajo demoran apenas un par de días u extraen toda la información que hay en el lugar, logrando recuperar parte del patrimonio arqueológico de la provincia”, concluyó.
