La comunidad de San Jorge recibió a su nuevo párroco

Durante una emotiva ceremonia concretada el viernes 26 de junio, el Pbro. Reinaldo Oviedo asumió como nuevo párroco de San Jorge, en la zona sur de la ciudad capital.
sábado, 27 de junio de 2020 09:22
sábado, 27 de junio de 2020 09:22

La Santa Misa fue presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, y concelebrada por sacerdotes del clero local, entre ellos, el Vicario General, Pbro.  Julio Quiroga del Pino; el Rector de la Catedral Basílica y Santuario de la Virgen del Valle, Pbro. José Antonio Díaz; y los Pbros. Javier Grosso y Javier Cisternas, párroco y vicario parroquial salientes, respectivamente.

Fieles de las comunidades de la jurisdicción parroquial se dieron cita en el amplio templo, observando el distanciamiento social y el uso del barbijo como medidas preventivas ante la pandemia. Aquellos que no pudieron estar presentes, siguieron la celebración desde sus hogares, a través de la transmisión por el facebook de la parroquia,

También participaron autoridades de Gendarmería, encabezadas por el Jefe de la Agrupación VIII, Comandante Mayor Jorge Daniel Solan, quienes acompañaron a su Capellán, el Padre Reinaldo Oviedo, en la asunción de este nuevo destino pastoral.

Viviana Juncos e Iliana Bulacio, en representación de la comunidad, y Eugenia Condorí, como coordinadora de la catequesis, le dieron la bienvenida al nuevo párroco, deseando “que su paso en esta parroquia sea con entusiasmo, con cariño, en el servicio a Dios”, y resaltaron la disposición de todos para “caminar juntos, acompañarlo, trabajar a su lado y vivir la misión en común unión con la Iglesia”.

Seguidamente, el Pbro. José Antonio Díaz leyó el decreto de designación del nuevo párroco, tras lo cual, el Obispo bendijo el agua que el padre Oviedo esparció entre los presentes.

En su homilía, Mons. Urbanc manifestó que “una vez más nos toca recibir a un sacerdote y despedir a otro” y recordó que “la última vez, con el padre Raúl Contreras, fue muy dolorosa por su partida de este mundo al Padre”.

Luego de agradecer a los fieles el acompañamiento al padre Javier Grosso en estos años, reflexionó que “nos tendremos que ir convenciendo que las comunidades son las que caminan y los sacerdotes nos ponemos a caminar con ustedes. El sacerdote va acompañando, orientando, corrigiendo, pero siempre unido a la comunidad, que tiene que ser mariana y misionera”.

Asimismo, animó a todos a “aceptar con alegría al sacerdote que Dios nos pone en el camino, él nos va a reconciliar con el Señor, va a bautizar a los niños, celebrar la Santa Misa, bendecir los matrimonios, visitar a los enfermos para aliviarlos en sus dolores con la Santa Unción y va a rezar los responsos cuando el hermano parta de este mundo. Nos va a enseñar a conocer la Palabra de Dios y a descubrir la voluntad de Dios en nuestras vidas. Ésa es la misión que tiene un sacerdote cuando se pone a caminar con nosotros”.

En otro tramo de su mensaje, el Obispo invitó a que sigamos “viviendo la gracia del Año Mariano Nacional. Les pido de corazón que lo trabajemos, recemos todos los días la oración que se nos propuso, para que nunca perdamos de vista el ejemplo de María, su intercesión”. Señaló que “en el 2030 se cumplirán los 400 años de la Virgen de Luján, Patrona de la Argentina. Es un camino que queremos hacer con la Virgen, buscando insertar en la sociedad los valores cristianos”.

Mons. Urbanc instó a acompañar al Padre Oviedo, para “que pueda sentir la cercanía de ustedes y formen la familia de la parroquia de San Jorge, que camina de la mano de María, del Patrono San Jorge y los Patronos de las otras comunidades”.

Finalizada la predicación, se concretó la profesión de fe y el juramento de fidelidad por parte del flamante párroco.

En el momento de las ofrendas, el sacerdote recibió los óleos con los que administrará los sacramentos, y el pan y el vino, que consagrará en cada Eucaristía. Luego de la comunión, el Obispo Diocesano le entregó las llaves del Sagrario donde se reserva el Santísimo.

Antes de la bendición final, se escucharon las palabras de despedida a los sacerdotes Javier Grosso y Javier Cisternas, que estuvieron a cargo de Lucía Salcedo, coordinadora de catequesis, y Juana Agüero Pacheco, quienes destacaron que ambos “se han ganado el respeto, el cariño y la amistad de todos”,  también reflejaron la labor de los sacerdotes que acompañaron un momento difícil para la comunidad a raíz del fallecimiento del padre Raúl Contreras, “nos han reconstruido el corazón, el alma a esta comunidad”, expresaron.

“El desafío es que podamos caminar juntos”

El padre Reinaldo Oviedo agradeció el acompañamiento de familiares y autoridades de Gendarmería, y comentó que “voy a cumplir 26 años de vida sacerdotal, fui caminando en la diócesis y conociendo a muchas personas, que Dios va poniendo en el camino para que podamos marchar. Y éste va a ser el desafío para todos, que podamos caminar juntos, no el cura solo sino todos juntos como comunidad, encontrarnos para alabar con nuestras vidas al Señor, acompañados por la Santísima Virgen bajo la advocación del Valle”.

Entre las acciones dijo que seguirá trabajando por el Año Mariano y que “la catequesis es fundamental” al igual que todo aquello que va haciendo a la vida parroquial.

“Son una comunidad luchadora que va para adelante”

A su tiempo, el padre Javier Grosso agradeció a Dios y a la Virgen y al Obispo la posibilidad de acompañar a la comunidad “en un momento tan duro cuando fallece trágicamente el padre Raúl. Ese 21 de diciembre asumí este compromiso de todo corazón, con miedo, porque estaba la sombra de alguien grande y muy querido por la comunidad, y no era fácil. Los empecé a conocer y a querer. Poco a poco fui descubriendo que son una gran comunidad, no sólo en número sino en la gran calidad humana que tienen”.

“Son una comunidad luchadora que, a pesar de las dificultades, va para adelante. Me enseñaron a ser cura; me llevo mucha riqueza de ustedes. Gracias por todo”, manifestó el párroco saliente, exhortando a que “no dejen de rezar el Santo Rosario, sigan siendo enamorados de la Virgen, recen mucho por nosotros. Me llevo mucho de usted, el cariño, el respeto, la acogida y la compañía. Gracias, querida comunidad”.

“Gracias a ustedes fui testigo del amor de Dios”

Finalmente, el padre Javier Cisternas aseveró que “ustedes fueron mi primer amor, mi primera comunidad, donde aprendí a ser, primero, diácono, y, segundo, sacerdote. Gracias por su testimonio de fe, por su disponibilidad, por caminar juntos. Deseo que lo sigan haciendo”.

“Me voy muy contento porque me han ayudado mucho, me han iniciado en este ministerio y me han demostrado fe y fortaleza. Gracias a ustedes fui testigo del amor de Dios, que se ha manifestado y se seguirá manifestando en ustedes. Muchas gracias, comunidad de San Jorge, los tendré en mis oraciones”, expresó.

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