Luego de ser deportada junto a más de 60 activistas que llegaron al país para participar de la cumbre ministerial de la Organización Mundial del Comercio que se realiza por primera vez en Sudamérica, Deborah James, coordinadora de la ONG "Nuestro mundo no está en venta", cuestionó al gobierno de Mauricio Macri y afirmó que "en la historia de la OMC, nunca hemos dejado de participar".
"El Gobierno argentino no quiere escuchar nuestras críticas", sostuvo la activista en declaraciones al programa "Mañana Sylvestre", que se emite por Radio 10.
"Hay muchas políticas de la OMC que impiden fomentar las industrias, para beneficiar a las grandes multinacionales, intentando expandir el fracasado sistema del neoliberalismo", agregó para justificar su postura en contra de los lineamientos de la cumbre.
En ese contexto, señaló: "Queremos cambiar las negociaciones de la OMC. Los países desarrollados pueden dar subsidios millonarios a sus agrícolas pero los países no desarrollados no".
Cabe recordar que James no pudo acceder a la cumbre de la OMC por estar incluido en una lista de uno 64 activistas cuyo ingreso al país no fue autorizado por las autoridades argentinas, pese a haber sido acreditados para el evento.
En tanto, organizaciones no gubernamentales de 30 países expresaron este domingo su rechazo por la lista de personas no autorizadas a ingresar a Argentina.
No obstante, a pesar de su negativa inicial, finalmente el Gobierno permitió ingresar al país a parte de los activistas de ONGs contrarias a las OMC a los que inicialmente se les revocó la acreditación. Según trascendió de fuentes oficiales, en total se permitió el ingreso de aquellos integrantes de ONGs cuyos gobiernos hayan garantizado los "procederes de los afectados y de organizaciones a las que representan".
El gobierno permitió así el ingreso de Genevieve Azam, Christophe Aguitton e Isabelle Bourboulon, quienes militan en Attac France, y del belga Michel Cermak, referente de la ONG CNCD/11.11.11 "Por un mundo más justo y sustentable".
En el último caso, fue tras recibir "seguridades" del viceprimer ministro belga y del ministro de Relaciones Exteriores de ese país, en respaldo al compromiso efectuado, por escrito, de parte de Cermak.