Sin lugar a dudas una de las personas que más sufrió y sufrirá la partida de Fernando Báez Sosa, será Julieta Rossi, su novia. Y es que este domingo, debían celebrar su primer año en pareja, pero en vez de eso ella hoy debió ver cómo los restos de su novio eran enterrados en el cementerio de la Chacarita.
Julieta y Fernando tenían planeado celebrar juntos en Villa Gesell su primer año como novios, sin embargo, el homicidio del joven de 19 años a manos de once rugbiers truncó esa celebración y todos aquellos sueños futuros de la pareja.
"No la puedo ver sufrir así a mi hija", dijo quebrada en llanto la mamá de la joven, Alejandra, esta mañana.
Julieta llegó a despedir a Fernando, literalmente, como pudo. Sin dejar de llorar y sostenida de los brazos por dos familiares entró a darle el último adiós a su novio muerto.
"Fer mi amor, feliz mes. Voy a contar por lo 2 para siempre", publicó ayer la joven con una foto en donde se los ve a los dos abrazados en la playa. Una imagen que si bien no se repetirá nunca más, quedará guardada para siempre en su recuerdo.
El cuerpo de Fernando, fue velado en una sala de avenida La Plata al 900 y luego trasladado al Colegio Marianista en el barrio porteño de Caballito, donde terminó su secundario el año pasado.
Después de la misa que se llevó a cabo en el salón SUM del colegio, el cuerpo fue llevado al cementerio de Chacarita para su inhumación.
En cuanto a la causa abierta contra los once jóvenes rugbiers que atacaron y ultimaron a Sosa, todos fueron acusados del delito de "homicidio agravado por el concurso premeditado por dos o más personas", el cual prevé como única pena la prisión perpetua.
