No pidió retractación alguna, nada; ni tampoco presento una
denuncia judicial que salve su buen nombre y honor. "Le taparon la boca” podría
decirse.
Se cumplen 9 días de la última Convención de la UCR, donde
se dijeron muchas cosas que llamaron la atención por distintos motivos.
Allí hubo muchos planteos de los convencionales presentes contra
las eternas reelecciones de los mismos personales en aprovechamiento de un
radicalismo en decadencia; también hubo críticas contra las "mesas chicas” y
varios pedidos a favor de la necesidad de una renovación que dé cabida a nuevos
dirigentes.
También se destacó la denuncia del diputado Víctor Hugo Luna
de que un partido político pequeño le birló a la UCR 1500 afiliaciones.
Increíble, pero cierto. (Es increíble que un partido político pequeño tenga la
capacidad de operativizar semejante movilización, casi tanto como que un
partido centenario como la UCR deje cargar sus afiliados en un camión y se los
traslade graciosamente al Juzgado Federal a firmar las nuevas fichas de
afiliación a un partido que casi no tiene actividad en Catamarca).
Pero lo más llamativo y de lo que no se habló mucho es la
insinuación de un convencional y reconocido militante radical (Enrique Sir),
quien "solicitó” que la Vicepresidenta primera del partido, Verónica Rodríguez
Calascibetta, "cuente, porque tenemos un problemita económico desde marzo
del
Sir hacía referencia específicamente la deuda que la UCR
mantiene con Editorial Capayán, o sea diario El Ancasti. Como se sabe, el
partido le debe importantes sumas de dinero al Diario por pauta publicitaria de
la campaña política de marzo del 2011, cuando el FCS perdió la elección a manos
de Lucía Corpacci.
Pero más curioso que el planteo estrambótico del diputado
Luna o la temeraria insinuación de Sir, resulta el silencio de la diputada
Verónica Rodríguez Calascibetta; ya que fue mencionada con nombre y apellido
como promotora de un affaire millonario, no se le conoce reacción alguna. Ni
mu…! dijo, no pidió retractación alguna, ni tampoco presentó una denuncia
judicial que salve su buen nombre y honor.
Ella siempre tan dispuesta a tratar todo en el terreno de la
Justicia, no se le conoce presentación alguna.
No quiere decir que la insinuación de Sir no le produjera
indignación, pero no jerarquizó esa indignación con ningún planteo judicial.
Vaya uno a saber por qué, pero podría decirse que "le
taparon la boca”. ¡Pobre!