Murió “El Lorito” Acosta, un auténtico personaje

Ramón Francisco Acosta, apodado “el Loro”, o el “Lorito” como le gustaba a él y así lo exteriorizaba hasta en su muro del Facebook, dejó de existir hoy a los 64 años de edad en un sanatorio céntrico, luego a travesar una repentina y generalizada descompensación.
sábado, 28 de abril de 2018 19:11
sábado, 28 de abril de 2018 19:11

Un personaje multifacético, de esos que ya no existen, transitó con proverbial cercanía los ambientes del deporte y la política, como de la sociedad catamarqueña en general.

“Se nos adelantó al salir de esta vida terrenal Francisco ‘el Loro’ Acosta”, escribió el colega Pedro Cuello, recordando que “el mundo del motociclismo lo tuvo como protagonista en los años ‘70, en las clásicas pruebas barriales”, apuntando además que “fue ‘fana’ del 'León' villacubano, como también militante del Partido Justicialista”.

Eduardo Molas, otro colega que lo conoció desde la infancia y lo evocó como lo que fue: un “hombre bueno”, tiene memoria de cuando “el Loro”, que en esa época era “Pichón”, en los babys de entonces, jugaba para el equipo del “Kiosco Oasis”, mientras él lo hacía con los pibes del B° El Mástil. Incluso llegó a jugar en las primeras divisiones de su querido Villa Cubas y después en Villa Dolores de Las Chacras.

El motociclismo pistero, en los circuitos de Choya o del Parque Adán Quiroga, lo contó entre sus cultores tal vez en los días de su máximo esplendor.

Estuvo casado con Blanquita Barros, ya fallecida, miembro de otra muy apreciada familia villacubana, con la que compartió la alegría de cuatro hermosos hijos, ya mayores.

No fue ajeno a la vida política lugareña, la que recorrió desde su acendrado peronismo, habiendo compartido hasta el trato cercano con dirigentes como Ramón Saadi o Luis Barrionuevo, como con otros más jóvenes dirigentes a quienes contaba entre sus amigos del “face”. Llegó a ser director de Deportes de la provincia y ocupó otras funciones, siempre en administraciones justicialistas.

Habiendo transitado una existencia azarosa, no exenta de dificultades, últimamente se desempeñaba en una conocida carnicería y rotisería de San Isidro, propiedad de su primo Ramón Vega, donde divertía a clientes y amigos con su perfil extrovertido y de insoportable hincha de River, para sufrimiento de los boquenses.

La noticia de su muerte causó hondo pesar en el amplio círculo de sus relaciones, como en el de su respetada familia.

Sus resto son velados en la sala de la calle Maipú (ex Soem) entre Mota Botello y Mate de Luna, de esta ciudad, y serán sepultados mañana domingo, a las 10 hs., en el Cementerio Parque “Virgen Morena”, en la zona de La Aguada, al norte de la Capital.

Desde Catamarcactual nos sumamos consternados al dolor de su partida e imploramos por su descanso eterno, junto al ruego de una serena y cristiana resignación para sus seres queridos.