Los actos para evocar y reconocer al ex mandatario se iniciarán a las 11 hs., en el Panteón Familiar del Cementerio Municipal, en esta Capital. Y por la tarde, a las 20 hs., habrá una misa en la Catedral Basílica de Nuestra Señora del Valle.
El Dr. Vicente Leónides Saadi, fue un catamarqueño ejemplar y un político peronista comprometido no solo con Catamarca y el peronismo de su tiempo sino con el destino de la Argentina en su conjunto.
Don Vicente, como más se lo recuerda, fue un hombre de la Patria toda, que trascendió largamente los límites del territorio provinciano y con su inteligente llegó a trascender en numerosas acontecimientos de la vida nacional.
Desde su infancia en Belén, donde nació como fruto del mestizaje de una madre criolla y un padre árabe, se forjó para ser un hombre de bien, aprendiendo de los saberes populares y sumando conocimientos académicos a la natural sagacidad que, desde joven, adornó su férrea e inquebrantable personalidad.
La obtención de su título de abogado coincidió con la incipiente aparición de la figura pública más influyente de la política nacional, en la segunda mitad del siglo anterior: Juan Domingo Perón, creador y líder del Movimiento Nacional Justicialista, al que Saadi adhirió fervientemente, siguiendo el mandato entusiasta y militante de la mayoría del pueblo, convencido de alcanzar una Nación justa, libre y soberana.
Senador nacional por Catamarca en 1946, y otros tres períodos posteriores; gobernador de la provincia en 1949 y 1987, creador y director de los diarios La Verdad y La Voz del Pueblo, diplomático, fue además un acérrimo defensor de los Derechos Humanos en cuyo rol le cupo el honor albergar -en su estudio de la calle Paraguay en Buenos Aires- a la CIDH (Comisión Interamericana de los Derechos Humanos) de la OEA, en los tiempos de la sangrienta dictadura militar de Videla, Agosti y Massera.
Como titular del Bloque de Senadores Justicialistas, en el intento de golpe de Estado “carapintada” de la Semana Santa de 1987, se puso a la par del presidente de la Nación, el radical Raúl Alfonsín, para defender y garantizar del orden republicano.
Más tarde, a cargo de la presidencia del Partido Justicialista a nivel nacional, en un postrer esfuerzo condujo el proceso interno que derivó en la reorganización partidaria, que posteriormente –cuando ya había desaparecido- desembocó en el triunfo electoral del peronismo en 1989.
Los actos por sus exequias, 30 años atrás, motivaron el unánime y emotivo reconocimiento de propios y extraños. Por eso bien vale recordar el discurso pronunciado aquel día por el senador nacional Antonio Nápoli, presidente del Bloque de la UCR, quien afirmó que “el Dr. Vicente Saadi pasó por la vida ‘dando siempre la cara, sin esconderse en los golpes castrenses y sin abandonar nunca a la tripulación peronista’”, describiéndolo: ‘Siempre torre, nunca túnel’…”.