El proyecto fue firmado por los diputados del Frente de Todos catamarqueño Silvana Ginocchio, Lucía Corpacci y Dante López Rodríguez. Los legisladores se sumaron así a las muestras de reconocimiento hacia la entidad, fundada por inmigrantes italianos y sostenida por sus descendientes, que cumplió 130 años de trabajo ininterrumpido al servicio de la comunidad catamarqueña.
“Las asociaciones de italianos en nuestro país forman parte de una historia viva, y simbólica, que inicia con la llegada e integración de inmigrantes, quienes a medida que se instalaban en el territorio, fueron agrupándose y fundando asociaciones de socorro y ayuda mutua, con el consecuente establecimiento de sus sedes en las ciudades capitales de provincia y cabeceras de localidades rurales”, recuerda el proyecto.
Catamarca fue parte de aquel movimiento y el 31 de mayo de 1890, bajo la presidencia de Adonai Spreafico, un grupo de ciudadanos italianos radicados en la ciudad, dieron nacimiento a la “Societa Unione Italiana”, que sostenía los principios de fraternidad, patriotismo, progreso, socorro mutuo, instrucción y todo lo que con tribuyera al mejoramiento moral, y económico de los socios.
En el lapso comprendido entre los años 1857 y 1873, fueron registrados en el país como inmigrantes 175.726 italianos, creciendo en la década de 1880: entre los años 1879 y 1888 arriban más de 400.000 italianos y en el año 1889, la cifra es de 89.000 personas entradas. Ese gran flujo de inmigración influyó de manera decisiva en el fenómeno que se produce en el transcurso de esta segunda mitad del siglo XIX: el nacimiento de Asociaciones fundadas en la solidaridad y el mutualismo, que se convertían en lugares de encuentro, con espacio para propias y ajenas tradiciones y culturas.
La presencia italiana en la provincia tuvo significativos representantes: arquitectos, constructores, músicos, técnicos, docentes, artesanos, plásticos, profesionales de la salud, deportistas, comunicadores, agricultores, comerciantes, empresarios, y gran cantidad de comprometidos trabajadores. En este sentido, Ginocchio destacó la actuación de arquitectos y constructores italianos, que participaron en su etapa inicial, responsables de la conformación y crecimiento de la Unione y del cambio de la fisonomía de la ciudad, principalmente Luis Caravati, Adonai Spreafico, Domingo Offredi, Giorgi, cuyas monumentales obras llegan hasta hoy. O los maestros de orquesta como Zambonnini, y los hermanos Bellavia, integradas por destacados integrantes de la colectividad y la institución.
“Hijos, nietos, bisnietos o tataranietos de inmigrantes mantienen aún desde este presente, y a pesar de la profundidad del sentimiento patriótico argentino, un lazo invisible que los liga a Italia a través de la memoria familiar de padres, abuelos, bisabuelos, y tatarabuelos. En este enlace las Instituciones como la Sociedad Italiana de Catamarca, fueron claves en la valorización de sus raíces y transmisión cultural”, dice el proyecto.
Conforme expresa la historiadora Ana María Alessandro, integrante de la Comisión Directiva que preside Luis Dre, la institución nacida en 1890 accedió a tener sede propia con la adquisición del Teatro Cisterna, que abre luego sus puertas con el nombre teatro Yolanda en 1905 convirtiéndose en centro de reuniones y espectáculos de jerarquía. En las últimas décadas se puso en valor la Sede Social, de calle Rivadavia, se levantó el Salón de Fiestas y el Salón de uso exclusivo de socios, estos últimos en Camilo Melet, encontrándose en etapa de proyecto de recuperación el viejo Teatrino del lugar.
Su sede es el centro de reuniones y recepción de visitas de autoridades nacionales e internacionales, académicos, asociados y todo quien desea visitar las instalaciones. Cada año la Sociedad Italiana organiza actos, campañas solidarias, conferencias, exposiciones, conciertos, cenas, cine italiano, celebraciones almuerzos o te solidarios.
“A 130 años de su fundación, con ininterrumpida presencia en la capital provincial, la Sociedad Italiana de Catamarca se mantiene activa, con una prolija vida institucional e intensa actividad y prestigio, enfrentando crisis, actualizándose, deseosa de continuar el progreso de la institución, de mantener sus puertas abiertas y dispuesta a recibir a las generaciones venideras, cultivando y continuando desde este siglo XXI renovados principios y valores heredados, la trasmisión de tradiciones, cultura y espíritu solidario, custodiando un rico patrimonio material e inmaterial”, dijo Ginocchio en los fundamentos del proyecto.
El aporte actual e histórico de la Sociedad Italiana a la comunidad catamarqueña es innegable. Contribuyó y contribuye a la multiculturalidad y hermanamiento, formando parte del enriquecimiento y desarrollo de la provincia.
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