El análisis realizado por el Centro de Estudios Distributivos Laborales y Sociales (Cedlas) de la Universidad de la Plata sostiene que las posibilidades del teletrabajo dependen de múltiples variables y son heterogéneas, según la ubicación territorial.
La proporción de trabajadores en ocupaciones con posibilidad de trabajo remoto son máximas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, mientras que, en el interior del país, más específicamente en el Norte Grande (NEA-NOA), las ciudades de Resistencia (Chaco), Posadas (Misiones) y La Rioja están entre las 10 mejores posicionadas, en tanto que Salta, Tucumán y Santiago del Estero tienen las mínimas condiciones junto con el Conurbano bonaerense y comparten el fondo del ranking.
Para llegar a esta conclusión, el estudio combinó las características de las ocupaciones y su consistencia con el teletrabajo de la Red de Información Ocupacional (O NET) con información de empleo e ingresos de la Encuesta Permanente de Hogares. Entre otros aspectos, el trabajo determinó que en las condiciones actuales sólo alrededor de un cuarto de la población ocupada podría trabajar bajo la modalidad remota.
Para enfatizar las desigualdades que dejó en evidencia el aislamiento social de las primeras semanas de la cuarentena, el trabajo del Cedlas indicó que las ocupaciones menos compatibles con el teletrabajo están caracterizadas por una mayor proporción de trabajadores informales y cuentapropistas, con niveles de educación, calificación y salarios más bajos.
El peor escenario para modernizar el trabajo
Los índices, correspondientes al cuarto trimestre de 2019, dejan también a Salta en el podio del trabajo en negro. Con un 49,6% de trabajadores sin aportes jubilatorios, la provincia tiene el peor porcentaje del país.
Es decir, la mitad de los trabajadores de la provincia están excluidos del sistema formal; por lo tanto, lejos poder modernizar sus tareas a partir de las tecnologías de la información y comunicación.
Además, en la provincia existe escaso desarrollo de las actividades con mayor posibilidad de mantener a sus trabajadores activos a través del teletrabajo: según el informe citado, en dicho listado se tienen en cuenta a la industria de la información y comunicación, actividades científicas y técnicas, actividades financieras y de seguros.
Las actividades como las de empleadas domésticas, de construcción y agricultura, ganadería, transporte y almacenamiento son los que presentan menor compatibilidad con la modalidad remota.
Un segundo informe confirma las limitaciones
El panorama desalentador para Salta, Tucumán y Santiago en materia de teletrabajo fue confirmado por un segundo informe. El Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) arroja resultados similares y ubica a las tres capitales provinciales también en las últimas posiciones para desarrollar esta modalidad.
Este trabajo agrega que entre el 27% y 29% de los trabajos tiene “el potencial para realizarse desde el hogar”, pero este porcentaje no incluye las dificultades que nacen de que “en los hogares se requiere una infraestructura que incluya como mínimo una conexión segura a internet y un dispositivo digital con la potencia adecuada para llevar a cabo el teletrabajo”.
De los 31 aglomerados urbanos considerados en la EPH, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires es donde se registra el índice más alto de potencial de teletrabajo, donde casi la mitad de los ocupados puede realizar su trabajo a la esfera digital. En cambio, en Salta, Tucumán y Santiago dicho porcentaje se reduce a la mitad (21%, 22% y 24% respectivamente).
