El documento de la “Casa de la Memoria” de Catamarca
Con preocupación venimos observando acciones y manifestaciones que atentan contra la democracia tan duramente recuperada.
La derecha de nuestro país, montándose en las trágicas circunstancias de una pandemia mundial, apuesta a la rebelión, la desobediencia, las acciones violentas y descontroladas que inevitablemente tienen su correlato en vidas que se pierden y en el malestar social que obstaculiza el proceso de reactivación económica que traerá mejoras en las condiciones de vida y las oportunidades para el conjunto de la ciudadanía.
Hemos visto reivindicar la peor etapa de nuestra historia, la dictadura cívico-eclesiástica-militar que se llevó la vida de 30.000 compatriotas, la apropiación de más de 500 bebés nacidos en los campos de torturas, la destrucción del aparato productivo, y la instalación de un régimen de terror cuyas consecuencias la vivimos aun hoy.
Hemos presenciado el levantamiento de una policía -la bonaerense- sitiando las residencias del gobernador y del presidente. Escuchamos a diario discursos mentirosos que tienen como fin llamar a la desobediencia civil sobre bases infundadas de supuestos incumplimientos de los deberes de funcionarios públicos.
En nuestra provincia, encontramos ayer una publicación de un agente activo de la Policía Federal, Juan Martín Amaya, agitando el descontento y alentando a poner fin a la democracia, en una actitud que lamentamos y repudiamos fervorosamente.
“Casa de la Memoria” de Catamarca